Nuestros versos y reversos

Nuestros versos y reversos

jueves, 24 de junio de 2010

Hielo líquido. (Alejandra)


Ella. Él. Cada uno por su lado. Sin nada en común. Lo único que compartían era que el tiempo corría en su contra. Frío, así era aquel día. Copos de nieve resbalaban por las carentes hojas de los árboles. Como si el destino lo hubiese escrito, ambos chocaron. Ella, exasperada por su mala pata, se dispuso a irse sin pedir perdón pero algo se lo impidió, Él. La estaba obligando a que, por lo menos ya que no le había pedido perdón, le mirase a los ojos. Ella así lo hizo. Sus ojos se cruzaron y todo dejó de existir. En aquel eterno y a la vez efímero segundo, el reloj de la Tierra que había sido inmaterial hasta entonces, se transformó en algo tan sólido y tangible como el hielo y, repentinamente, se volvió liquído al encontrarse con aquella imagen llena de un abrasador amor y deseo, que emanaba un fuego que sólo se podía encontrar en un en el fondo de sus miradas.

2 comentarios: