Nuestros versos y reversos

Nuestros versos y reversos

lunes, 8 de marzo de 2010

A nadar (Jorge)

Corriendo, se adentra en el mar: está helado, no le importa, es más: le gusta.
Más tarde viene su amigo... Se lanzan a nadar a la carrera.
Poco mas allá el faro de Tapia, desde el puerto.

La fuerza de las olas hace que la adrenalina fluya con más fuerza.

Empieza la competición y ambos agitan las piernas con bravura, el primero sabe que para ganar, no tiene que pensar en el recorrido de vuelta, sólo en que no debe parar.

El segundo, más precavido, al ver lo que pretendía su amigo, le grita que pare... Demasiado tarde: ya se había separado unos treinta metros, le encantaba nadar. Sin embargo tras varias brazadas sus fuerzas flaquean, su cabeza le arde y no siente los pies. Se le cierran los párpados y lo último que alcanza a ver es a aquella persona que le seguía nadando a toda prisa para salvarle.


Se hunde y todavia siente la presión que ejercen sus dedos en su muñeca... le saca del agua y le dice:

-¡No voy a dejar que te hundas.. no! Estoy aqui y siempre estaré aquí... Pero no me des esos sustos... nunca más.
- Está.. bien -jadea el otro- pero.., ¿Sabes por que nunca me alcanzas? Porque eres demasiado cauto... ¡oh por favor! Disfruta... ¡Disfruta del riesgo!
- Da miedo.
- Lo sé, da miedo si lo haces solo pero... Mírame a mi, no estoy solo, tu estás conmigo, sabía que no me dejarías en el agua, si no: ¡no lo hubiese hecho!

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